¿Sientes que hay algo que no te deja avanzar? Tal vez un peso invisible, una tensión constante o emociones que aparecen cuando menos lo esperas. Si esto te suena familiar, no estás solo. El trauma puede instalarse en nuestra vida de formas sutiles o contundentes, pero aquí estás, listo para descubrir formas de liberar el trauma. Y eso, ya es un paso inmenso. ¡Vamos a ello!
¿Qué es el trauma?
A veces pensamos en el trauma como algo reservado para experiencias extremas: accidentes, guerras, pérdidas irreparables. Y aunque esos son ejemplos de traumas agudos, también existen traumas más silenciosos que pueden marcarnos. Situaciones repetitivas de rechazo, abandono, o incluso una infancia con falta de apoyo emocional, también pueden dejar heridas profundas.
El trauma puede ser:
- Agudo: Un evento puntual y significativo que impacta tu vida.
- Crónico: Exposición prolongada a situaciones difíciles, como abuso o negligencia.
- Generacional: Herencias emocionales de nuestros ancestros que cargamos sin darnos cuenta.
El punto es: si algo en tu vida te hace sentir atrapado, agotado o desconectado, podría ser trauma. Y entenderlo es el primer paso para liberarte.
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Cómo el trauma afecta al cuerpo y la mente
Seguro has escuchado frases como “la mente y el cuerpo están conectados”. Pero ¿qué significa realmente? Cuando vivimos una experiencia traumática, nuestro sistema nervioso entra en modo de supervivencia: lucha, huida o congelación. Este estado, que debería ser temporal, a menudo se queda con nosotros.
Bessel van der Kolk, autor de El cuerpo lleva la cuenta, explica que el trauma no solo vive en nuestra mente, sino que se queda atrapado en nuestro cuerpo.
¿Dónde se refleja?
- El sistema nervioso: Puede quedarse en “modo alerta” constante, causando ansiedad, hipervigilancia o incluso fatiga crónica.
- Músculo psoas: Este músculo profundo, conocido como “el asiento del alma”, a menudo acumula tensión relacionada con experiencias traumáticas.
- El nervio vago: Responsable de regular el sistema nervioso, puede desequilibrarse, dificultando la relajación y la recuperación emocional.
Tu cuerpo recuerda, incluso cuando tu mente quiere olvidar.
¿Cómo reconocer y confrontar el trauma en tu vida?
Aceptar que algo no está bien es el primer acto de valentía. Pero ¿cómo saber si lo que enfrentas es trauma? Aquí te dejo algunas pistas:
- Tienes reacciones emocionales fuertes ante situaciones que parecen “pequeñas”.
- Sientes tensión física constante o dolores que no tienen una explicación clara.
- Te es difícil confiar en los demás o en ti mismo.
La clave está en observar sin juzgar. Si algo resuena contigo, date permiso para explorarlo con curiosidad y compasión.
Herramientas para liberar el trauma
Aquí viene la parte interesante: ¡las soluciones! Existen muchas herramientas y enfoques que pueden ayudarte a liberar el trauma y recuperar tu equilibrio. Algunas pueden resonar contigo más que otras, así que tómate el tiempo para explorar.
1. Terapia somática: liberación a través del cuerpo
Peter Levine, creador de la Experiencia Somática, nos enseña que el trauma es una energía atrapada en el cuerpo. Su enfoque implica prestar atención a las sensaciones corporales y liberar esa energía gradualmente.
¿Sabías que los animales tienen una forma increíble de liberarse del trauma? Peter hizo un descubrimiento fascinante mientras observaba a los animales en la naturaleza. Resulta que, cuando pasan por experiencias aterradoras, como escapar de un depredador, los animales no se quedan atrapados en el estrés. En lugar de eso, ¡se sacuden! Sí, esos temblores que vemos en un perro asustado o un ciervo después de un susto no son solo una reacción nerviosa, ¡son parte de un proceso natural de liberación de trauma!
Levine descubrió que este movimiento involuntario es una forma en que el cuerpo “desbloquea” la energía atrapada del estrés, permitiendo que el trauma se libere. Este hallazgo fue el punto de partida para la terapia somática, que busca ayudarnos a desbloquear esas emociones atrapadas en nuestro cuerpo a través del movimiento y la conciencia corporal. ¡Así que si alguna vez te sientes inquieto o necesitas liberar algo, recuerda que los temblores podrían ser una señal de que tu cuerpo está trabajando para sanarse.
- Ejercicio básico: Si sientes tensión en un momento de estrés, intenta cerrar los ojos y observar cómo se siente tu cuerpo. Luego, respira profundo e imagina esa tensión disolviéndose poco a poco. ¡Si quieres ir un paso más allá, sacúdete!
2. Bessel van der Kolk
Van der Kolk sugiere los siguientes enfoques prácticos para sanar:
- Movimiento: Yoga o baile para liberar tensiones atrapadas.
- Meditacion Practicar la atención plena para reconectar con el presente.
- Terapia EMDR: Una técnica que ayuda a reprocesar recuerdos traumáticos.
- Neurofeedback.
3. Constelaciones familiares: liberar el trauma generacional
¿Sabías que algunas de las cargas emocionales que llevas podrían no ser tuyas? Las constelaciones familiares exploran las dinámicas de tu sistema familiar y te ayudan a liberar patrones negativos heredados. Es una herramienta poderosa para quienes sienten que cargan con “algo” que no pueden explicar.
4. El papel del nervio vago y el músculo psoas
- Nervio vago: Activarlo puede ayudarte a salir del “modo de supervivencia”. Prueba ejercicios de respiración profunda, cantar o tararear.
- Músculo psoas: Este músculo suele almacenar tensión emocional. Practicar yoga o estiramientos suaves puede ser transformador.
5. Meditación: una herramienta para liberar el trauma
La meditación no solo calma la mente; también ayuda a regular el sistema nervioso y liberar tensiones. Tanto Sadhguru como Joe Dispenza tienen prácticas que pueden ayudarte a reconectar contigo mismo:
- Sadhguru: Prueba su Isha Kriya, una meditación simple pero poderosa para armonizar mente y cuerpo.
Joe Dispenza: Sus meditaciones guiadas combinan neurociencia y visualización para transformar patrones profundos
Importancia de buscar apoyo
Si bien estas herramientas son un excelente punto de partida, buscar ayuda con alguien informado en trauma puede ser clave para una sanación profunda y segura. No tienes que hacerlo solo; hay personas capacitadas para caminar este camino contigo.
Cómo cuidar de ti mismo durante el proceso de liberar el trauma
Sanar es un viaje, no una carrera. Y como todo viaje, necesitas cuidar de ti mismo para llegar a tu destino:
- Sé amable contigo: Habla contigo como hablarías con un buen amigo.
- Establece límites: Protege tu energía y rodéate de personas que te apoyen.
- Celebra tus avances: Cada paso, por pequeño que parezca, cuenta.
Conclusión: el inicio de un nuevo camino
Liberar el trauma es posible. Es un camino que requiere valentía, pero también está lleno de recompensas: una vida más ligera, más conectada y más plena. Así que, ¿por qué no dar el primer paso hoy? ¡Tú puedes hacerlo!
Recuerda: sanar no significa olvidar, sino transformar. ¡Tienes todo lo que necesitas para empezar este hermoso viaje hacia la libertad emocional!
¡Tú puedes lograrlo!