¿Por qué no consigo lo que quiero o merezco?

No consigo lo que quiero

Por qué no consigo lo que quiero? Te preguntas.

Y yo te respondo con otra pregunta: ¿Quién estás siendo?

No, no estoy cambiándote el tema.

Pensamos: La vida es injusta conmigo.

Si soy buena persona, buena amiga, buena madre. Trabajo mucho.

Hacemos la carta mental de niño bueno en navidad, como mi sobrinito hace muchos años decía:

Querido Santa Claus: Este año me he portado bien, me he comido toda mi comida y casi nunca lloro, por eso quiero que me traigas un regalo.

Ok, quizás tanto así no.

Pero sí solemos hacer una lista de las bondades de nuestro corazón y la vida sacrificada y abnegada que llevamos y no entendemos por qué no podemos conseguir esas cosas que queremos, es más, merecemos. Y si ni siquiera son lujos ni mucho menos lo que pedimos, queremos cosas que ni es a nosotros mismos que benefician, sino a los demás. Son fines altruistas los mios: ¡hasta quiero la paz mundial! Entonces, Por qué no consigo lo que quiero?

¿Quién nos habrá dicho que la vida es un concurso que premia las buenas intenciones?

Porque la verdad que acabo de leer el manual entero y no lo dice en ningún sitio.

Bueno, me acabo de inventar el manual, es verdad. Pero, aunque el manual sea imaginario no deja de ser cierto.

Bien dicen que de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.

Con buenas intenciones no da. Eso ya lo hemos notado. El mundo no está hecho de manera que “a los buenos les va bien y a los menos buenos menos bien”. ¡Qué va! Te diste cuenta o te falta un poquito aun?

Sabiduría popular:

Si lo piensas bien, los refranes que recogen la sabiduría popular siempre han dicho algo como:

_-Al desnudo todo le llega menos ropa.-_-Al dedo malo todo se le pega.-_-Y cosas por el estilo. Como que de hace rato damos por hecho que, para muchos, no conseguir lo que quieren es costumbre.

¿Por qué pasa esto? Por qué no consigo lo que quiero y merezco?

Hace un tiempo encontré un escrito que describe inteligentemente bien de qué se trata. Dice algo así:

Más de lo mismo, es la Ley del Universo:

Si “quieres” cosas, el Universo te dirá: ok. Toma más quereres.

Si necesitas, te dará más necesidades.

Si pides, dice: toma más peticiones.

¡Ah! Pero si tienes, se abre y te entrega: toma más pertenencias.

En resumen, entonces, no consigo lo que quiero, sino lo que estoy siendo.

A esto se refiere La Biblia cuando nos dice:

Al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia. Al que no tiene hasta lo que tiene se le quitará.

San Mateo 13:12-17 

De eso se trata este versículo de la biblia. No de ningún plan mortificador que tenga Dios para nadie.

¿Qué significa esto?

¿Ahora bien, quiere decir esto que el que no tiene está condenado a no tener mientras vida tenga?

Porque, ¿cómo voy a empezar a tener sin tener? Parecen cosas de un juego pesado. Sobre todo, para el que tiene una necesidad o se siente acorralado o desesperado.

Es común incluso llegar a sentirse no solo olvidado, sino traicionado por Dios.

¿Es eso posible?

Y vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.”

Genesis 1:31

Ahora sí que no entiendo, puedes pensar. Y si todo lo que hizo Dios era bueno y yo soy buena y quiero algo bueno. Que quizá ni es para mi que lo quiero, es para mi familia, amigos, comunidad..¿por qué no me llega, Por qué no consigo lo que quiero?

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El autor Neale Donald Walsh redactó un libro hace casi 30 años sobre un diálogo muy particular que él sostuvo por largo tiempo con Dios titulado “Conversaciones con Dios”. Fracasado en todas las áreas posibles de su vida y muy frustrado, harto de escribir cartas rencorosas a todo el que el entendía era culpable de sus males, ya fuera una de sus varias ex-esposas, jefes, amigos, familiares, decidió escribir una carta de reclamo al culpable mayor: Dios.

Cuenta él que empezó a recibir respuestas, y que ya no era algo que él escribía, sino que le sucedía. Y así surgieron esta serie de libros que llamó “Conversaciones Con Dios”.

Y es al principio del primer libro que me quiero referir aquí, donde él cuestiona a Dios el por qué no le habla, ni a él ni a nadie, desde hace dos mil años.

Entonces Dios le responde de una manera interesante e ilustrativa en relación a lo que estamos planteando aquí:

Le dice que prefiere cambiar el término hablar por comunicarse. Pues cuando tratamos de hablar, quedamos muy limitados por las palabras. Entonces que él, Dios, rara vez habla, es decir, con palabras. Pero que sí se comunica por varios medios:

El medio más común que utiliza es el de las emociones, pues

 Las emociones son el lenguaje del alma.

Y aunque muchas veces es difícil reconocer lo que sentimos, o inclusive saber qué sentimos realmente. Sobre todo, por el gran trabajo que hemos hecho escondiendo nuestras verdaderas emociones. Sin embargo, es allí en nuestras más profundas emociones donde se encuentra nuestra más elevada verdad.

Otro medio que utiliza para comunicarse continúa, es a través del pensamiento, que generalmente incluye imágenes. Pues como parte de la capacidad de la mente humana tenemos las herramientas necesarias para imaginar.

Y además de las emociones y pensamientos, se comunica también por medio de la experiencia.

La experiencia es, al final, eso que estoy viviendo, que se está reflejando en mis resultados. No consigo lo que quiero, sino lo que estoy reflejando de mi mundo interior.

Todos estos medios de comunicación son probadamente más eficaces que las palabras, pues estas pueden ser mal interpretadas. Son de alguna manera ruidos que se usan para expresar las emociones, pensamientos y la experiencia.

Le contaba Dios en aquel inverosímil dialogo, que lo que le parecía más irónico es que nosotros, los humanos, le hubiéramos dado tanta importancia a la palabra de Dios, y tan poca a la experiencia.

Para mí eso es tan cierto: Cada vez que escucho a alguien decir que no cree en Dios, me queda claro que esta persona no tiene una experiencia de Dios.

Dios, como lo describe el dialogo de este libro best-seller, o el Universo, como muchos otros se sienten más cómodos llamándole, no entiende palabras.

Entiende vibración.

Y esta inteligencia divina creadora no está sentada esperando a que cometamos el más mínimo error para meternos un reglazo en la mano. ¡Qué va!

Si fuera así quizá viviéramos en un mundo, al menos aparentemente, más justo. ¡Premio y punto para los buenos, reglazo para los malos!

Pero no. La vida ha dejado claro que el método es otro. El método utilizado es el del libre albedrío. ¿Qué es eso? ¿Qué quiso decir con eso?

Al conceder libre albedrío lo que dijo fue esto:

“Yo quiero para tí lo que tú quieres para tí”

Y como no habla Arameo, italiano, inglés o español, lo que entiende es vibración. O en las palabras de Neale Donald Walsh:

Aquello que sostienes en tus pensamientos, emociones y experiencia,

es lo que Dios entiende quieres para tí, y te dá más.

No consigo lo que quiero

En lenguaje más contemporáneo y científico, encontramos las explicaciones e investigaciones del Dr. Joe Dispenza. En su libro “Deja de Ser tú” nos explica que cada pensamiento tiene una frecuencia que contiene información. Y este pensamiento emite una señal. A la vez, nuestras emociones reciben la respuesta de vuelta. Juntos, el pensamiento y la emoción forman nuestro campo magnético.

El primer paso para crear un nuevo resultado es elevar tu energía para que coincida con la frecuencia de lo que deseas.

Joe Dispenza

La suma de nuestros pensamientos y emociones formarán nuestra experiencia y sistema de creencias, que, a la vez, determinan nuestra personalidad y, por ende, nuestros resultados. Por que no consigo lo que quiero, sino lo que estoy siendo: pensando, sintiendo y creyendo.

Así, a medida que vamos entendiendo e integrando estos conocimientos, podemos hacernos preguntas más adecuadas.

Yo, por ejemplo, a veces estoy cuasi – iluminada. Y voy creando lo que quiero por la vida… Hasta que no. ¡Rayos! ¡¡No de nuevo!!

Se me presenta un tema de esos que uno tiene “hondos”, que le dan donde le duele y ahí voy, resolviendo como puedo. Entonces luego de varios días entretenida con los problemas y situaciones, ya me he creído la historia que me estoy contando. Como si fuera el primer día de nuevo reclamo:

¿Por qué me está pasando esto o aquello de nuevo?, creí que ya lo había superado! al final no consigo lo que quiero nunca por mas que me esfuerzo!

Entonces me acuerdo, vuelvo en mí y me pregunto:

¿Quién estoy siendo ahora?

La calidad y cualidad de la respuesta a esta pregunta va a ser siempre un empate con la pregunta original de ¿por qué no tengo lo que quiero o merezco?

La calidad y cualidad de la respuesta a esta pregunta va a ser siempre un empate con la pregunta original de ¿por qué no tengo lo que quiero o merezco?

No es un error, lo escribí dos veces.

Si quieres un nuevo resultado, tendrás que romper el hábito de ser tú mismo y reinventar un nuevo yo.

Joe Dispenza

¿Quién estamos siendo? Si soy la que necesita ahora mismo, tendré necesidades. ¿Soy la pobre víctima de lo que me pasa? ¿O soy quien tiene el poder y capacidad de agencia de resolver lo que sea me está pasando? Si no consigo lo que quiero voy afuera a culpar o adentro a revisar lo que debe ser cambiado en mi pensar, sentir y actuar?

¿Quién estás siendo tú ahora? Una vez entendemos esto, nos viene la pregunta:

¿Entonces, Cuando no consigo lo que quiero o merezco, cómo cambio? Cómo salimos de esto?

Pues entrenándonos.

Si la manera en que pensamos, sentimos y entendemos la vida influye directamente en lo uque obtengo de ella y a la vez, la forma en que pensamos, sentimos y entendemos la vida hoy es fruto de como aprendimos a percibirla desde que llegamos al mundo. Sabremos que, así como en el camino fuimos adquiriendo nuevas destrezas que nos abrieron nuevas oportunidades, podemos elegir aprender esta nueva manera de pensar y sentir que nos sea más beneficiosa.

Si logramos sentir la emoción antes de la experiencia real, y practicamos pensar de la manera en que pensaríamos si tuviéramos lo que queremos, pues estaremos emitiendo la señal idéntica a lo que queremos recibir.

Recuerda siempre: «El campo cuántico no responde a lo que queremos; responde a lo que estamos siendo».

Joe Dispenza

Si puedo pensar y sentir como el que tiene, pues se me dará más. De eso que sea que quiero tener.

Maneras de lograr esto:

Des-invertirse:

Deja de invertir tu tiempo y energía en lo que no te suma. Des-involucrate de ambientes, situaciones y personas que te mantienen en círculos viciosos de negatividad. Remuévete de circunstancias indeseadas y callejones oscuros mentales. Retírate de juegos emocionales.

Conviértete en observador neutral de tus escenarios sin implicarte en ellos. En vez de ser “al que le pasa” mueve tu consciencia a ser “el que observa lo que le pasa”. Con práctica, te irás sorprendiendo a ti misma identificando de lejos las miles de trampas mentales y emocionales en las que solías caer.

Reeducando el cuerpo y la mente.

Por medio de la respiración, meditación y visualización:

Saca un momento cada día y dedícate a entrenar tu cuerpo y mente para el nuevo estado en el que quieres vivir una experiencia determinada.

Puedes colocar música que propicie la calma y frecuencias coherentes en tu cerebro.

A la vez, respira lentamente mientras observas el aire entrar y salir lentamente por tu nariz.

También puedes llevar tu atención a cada parte de tu cuerpo mientras inhalas y exhalas enfocado en cada una.

Al cabo de un rato que vas a determinar tu según tu disponibilidad de tiempo, puedes empezar a visualizar las imágenes de lo que quieres manifestar en tu vida, mientras sostienes emociones y pensamientos coherentes y elevados.

A muchas personas les cuesta visualizar. Para ustedes les comparto esta herramienta súper chula que se llama “Mind Movie”, con la que puedes crear una película visual con las imágenes de lo que quieres crear, y verla a diario al final del ejercicio. También hay quienes dicen no logran sentir emociones elevadas, o no entienden de que se trata. Puedes empezar por sentir gratitud. Pienso en alguna vez en que te hayas sentido agradecido por algo y recrea la emoción. Ya está.

Entrena tu Fe:

Por eso les digo que todas las cosas por las que oren y pidan, crean que ya las han recibido, y les serán concedidas.

Marcos 11:24

¿Qué es la fe, sino creer en lo que aún no podemos ver?

“La Certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”

Hebreos 11:1

Lo más curioso es que siempre estamos teniendo Fe.

Si pones atención a la descripción que te acabo de compartir, te darás cuenta fácil.

Cuando yo tenía problemas serios de todo tipo, porque claro todo viene junto, ¿no? Y me decían que lo que me faltaba era fe, yo con gusto hubiera hecho un hoyo en el techo para salir volando. Ahora entiendo que yo estaba creyendo, pensando y sintiendo el peor escenario, y obvio que eso se reflejaba en mi salud, mi negocio y lo que me pasaba día tras día. Como siempre he sido un poco muy intensa, reaccionaba con más rechazo y resistencia a lo que me estaba pasando, y era algo mágico ver como todo se complicaba logarítmicamente. ¡Dios mío ayúdame! Hasta que aprendi que estaba teniendo fe.

Teniendo fe todo el tiempo:

Cuando estás ansiosa, desesperada o con miedo, tienes la convicción de lo que aún no ves, pero sabes que será peor de lo que es ahora.

Cuando estás ilusionada, tienes la certeza de que lo que esperas es mejor de lo que hayas tenido hasta ahora.

Lo que pasa cuando estamos conflictuados, es que pensamos en desespero, sentimos en miseria, experimentamos dolor, pero aun así queremos que la vida, o Dios, nos dé un resultado diferente.

Y nos ofendemos cuando no lo hace.

Claro está, somos cocreadores en una compleja maraña de pensamientos, emociones y experiencias interconectadas. Por lo que puede pasar que aún en situaciones donde estamos “siendo” esta persona desesperada y miserable” nos ocurra el milagro. Y otras en que, aunque le pongamos ganas pues simplemente “no nos toca”. Si estoy positiva, ¿Por qué aun no consigo lo que quiero o merezco?

En este caso, muchas veces puede ser que no hayamos logrado alinear nuestro pensamiento y sentimiento con aquello que queremos. Lo negativo todavía pesa más, aunque sea inconscientemente. Un poco de positividad parada sobre una montaña de miedos, pero queremos engañarnos y pensar que “ya cambiamos”. O en otros casos, palabras como “plan mayor” y otras más vienen a la mente cuando te escucho preguntar ¿Por qué no consigo lo que quiero aun? Pero eso es tema para otro día. Hoy nos quedamos hasta aquí.

Conclusión:

Lo que pensamos, sentimos, creemos y experimentamos en nuestra consciencia, es la señal que emitimos hacia el universo, que nos responderá de vuelta en concordancia.

Es como nuestra dirección de IP personal.

¿Qué señal vas a emitir ahora?

¿Quién eres ahora?

No consigo lo que quiero, lo creo.

Conoce mas sobre nuestro trabajo en Camino de amor Propio

¿Por qué no consigo lo que quiero o merezco?

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I'm Arlene, the blogger behind "The Self-Love Journey."My path to understanding life has led me to realize life is a mirror that reflects what you hold dear.Thus, a life you love can only come from the love within. Its absence may lead to all sorts of unwanted results and perceived troubles, but its presence has the power to transform your world.Through exploring life's functioning, human consciousness, energy healing, and philosophical and mystical traditions, I'll guide you to uncover and overcome everything keeping you from loving yourself.One of the tools on which I rely in this process is Systemic Family Constellations, a therapeutic approach that helps to reveal hidden dynamics within a family or other social system.Here to lead you to self-love and create a life you love.Nowadays, I am a systemic family constellation practitioner, healer, and trauma student, and I occasionally consider myself a Civil Engineer M.C.M.I'm also a Free-spirit wanderlust, a mystic girl who loves beauty, nature, laughter, books, optimism, and, of course, loves love.

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