En estos días es trendy hablar de “persona tóxica” en todas partes. No solo entre adultos, a los niños también he oído usar el término. De hecho, hasta se señalan unos a otros diciendo: ¡no seas tóxica conmigo!, ¡hay que tóxico eres! Y así por el estilo.
Esta es una evolución muy positiva. El hecho de qu podamos identificar patrones poco saludables en las respuestas que recibimos. Sea en nuestras relaciones sin dejarnos envolver por ellas o caer en su juego, sea en nuestros propios hábitos. Todo lo que no he podido procesar tiene el potencial de volverse tóxico.
A la vez, es importante entender de que se trata la toxicidad y hasta qué punto afecta nuestras vidas.
Que es ser tóxica?
La RAE Define lo tóxico como aquello que contiene veneno o produce envenenamiento o lo que tiene una influencia nociva o perniciosa sobre alguien. Un novio tóxico. Una relación tóxica. Una persona tóxica.
La toxicidad no solo la recibimos como respuesta en nuestras relaciones. También somos “persona tóxica” nosotros mismos con nuestros pensamientos y charla interna. Nuestras propias respuestas a seres queridos y cercanos muchas veces son bastante dañinas.
Lo que sentimos al respecto de personas, situaciones y temas no resueltos puede ser nuestro secreto tóxico mejor guardado.
Mención especial a lo que sentimos por nosotras mismas. Innombrable gravedad de insultos, rencor, odio, recriminaciones y atropellos llegamos a dirigir a nosotras mismas por nuestros errores.
También, lo que ponemos en nuestro cuerpo puede contener mayor cantidad de veneno que lo tolerable en un momento determinado.
Que es tóxico según la medicina?
La Clínica de la Universidad de Navarra nos habla de lo que es toxicidad desde el punto de vista médico. Y no es mas que el grado de daño que algo puede causar a un organismo. Lo que puede dañar a cierto organismo puede ir desde medicamentos, alimentos, sustancias químicas, drogas, metales o radiación. También la respuesta individual al agente tóxico puede variar. Dependiendo del estado de salud de cada uno, la dosis y duración de la exposición al mismo.
La parte clave se nos pasa por alto la mayor parte de las veces. Y es en nuestro afán de dividir el ser como si fuera una tienda por departamentos, no vemos lo siguiente:
Lo tóxico, es tóxico.
No importa el origen del veneno. Si estoy envenenada, pues lo estoy.
Sea el origen de ese envenenamiento algo físico, mental o emocional. Soy tóxica si mis niveles de veneno están por encima de lo tolerable.
Y si no lo ves muy claro todavía, visualiza a alguna persona que conozcas que haya vivido por años con odio y deseos de venganza. ¿Puedes ver el veneno y lo tóxica que esta persona está siendo ?
¿Cuáles síntomas físicos presenta la toxicidad?
El envenenamiento o toxicidad puede manifestarse de manera física con una variedad de síntomas como confusión, aletargamiento, dolor de cabeza, náuseas, vómitos o mareos. Y por supuesto en enfermedades en los órganos encargados de manejar toxinas en el cuerpo tales como El hígado, los riñones, el intestino, la piel y los pulmones, ya que son los principales encargados de la eliminación. Según nos cuenta el medio Nutergia en el artículo “Los Grandes Órganos de la Detox”
Sin embargo, además, no debemos perder de vista otro grupo de órganos que se ven afectados por nuestro envenenamiento emocional, y son todos aquellos que se encargan de procesar las emociones:
Según el prestigioso medio McGraw Hill en el articulo “El Cuerpo es el reflejo de las emociones y los pensamientos”, sentimientos tóxicos como resentimiento, ira, enojo, afectan el hígado y la vesícula biliar. La ira y agresividad nos pueden causar problemas de páncreas, mientras los rencores ocasionar problemas intestinales. Todo esto puede generar enfermedades tales como cáncer, enfermedades cardiacas y pulmonares, hepáticas y trastornos neurológicos.
Como vemos, lo tóxico nos viene tanto de fuera como de adentro, y es mucho lo que podemos hablar sobre la toxicidad de nuestros sistemas.
Cuando vivimos desde la inconsciencia, en modo supervivencia o en el estado de consciencia de víctimas, todo el tiempo estamos teniendo pensamientos, emociones y comportamientos tóxicos. Estas situaciones mal procesadas por nuestra consciencia son “solucionadas” en nuestro cuerpo, lo que se convierte en nuestros síntomas o enfermedades, como las enumeradas aquí más arriba.
¿Cuáles síntomas mentales y emocionales presenta la toxicidad?
Las emociones y pensamientos bajos son muestras de toxicidad. Incapacidad para dejar ir el pasado, resentimientos, enojo prolongado, envidia, por nombrar algunos.
Mis pensamientos y emociones me pueden enfermar?
Hace un tiempo quise hacer un pequeño resumen a partir del material compartido con un hermoso grupo de personas en un taller que llamé “La Enfermedad como solución” que puede ampliarte un poco la mirada sobre los conceptos que te estoy planteando aquí.
Dentro de esa inconsciencia en que vivimos que nos intoxica mental, emocional y físicamente, además, es probable que no nos estemos dando cuenta de que estamos descuidadamente introduciendo alimentos y sustancias a nuestro cuerpo que este no puede procesar al ritmo en que le planteamos hacerlo.
Que le pasa a mi cuerpo?
En este caso estamos hablando de la parte meramente física del asunto.
Nuestros órganos de eliminación y filtrado empiezan a fallar: Intestinos, riñones, hígado…
En lo adelante, en este blog, les estaré compartiendo las emociones y patrones de pensamiento que están detrás de cada síntoma y enfermedad en particular.
Sin embargo, hoy aquí quiero compartirles una información que me ayudó muchos años atrás a hacer frente a una enfermedad seria de mi mamá.
En ese entonces mami tenía un cuadro complejo, y un organismo debilitado que reaccionaba a todo: Un día se comió tres fresas y la lengua no le entraba en la boca: ¡Que espanto! Simplemente el cuerpo ya no podía con más toxicidad y las fresas parece tenían mucho pesticida. Obvio que nos enteramos luego, cuando estás en medio de las situaciones y corriendo por las emergencias médicas puede ser muy confuso.
Por esos días un alma piadosa nos acercó a la Terapia Gerson, de la que les contaré más luego a detalle, pero en resumen es un proceso basado en los pilares de desintoxicación y nutrición que se propone devolver el balance al cuerpo, para que sea capaz por si mismo de desechar la enfermedad.
¿Por dónde empezar la desintoxicación física?
Dentro del tratamiento se usa una Sopa Depurativa o Sopa Hipocrática, que les comparto aquí y espero les sea útil. La pueden usar no solo para desintoxicar en casos graves, sino que la pueden también incluir como parte de una dieta balanceada.
Cuando se usa dentro de la Terapia Gerson, es consumida en cada almuerzo y cena.
Es una receta muy sencilla, sin condimentos y tiene muy buen sabor.
Se la mencioné a alguien días atrás con la esperanza que le pueda llevar alivio a la situación de salud de un ser querido, y decidí postearla aquí por si puede llegar como ayuda a alguien más:
Está basada en la receta del libro de Charlotte Gerson y Beata Bishop. “Terapia Gerson: Cura del Cáncer y otras enfermedades crónicas.”
Sopa Hipocrática
En lo posible, trata de que los ingredientes sean orgánicos.
Si esta fuera del alcance, al menos verifica la lista de los alimentos que se cultivan con mayor número de pesticidas y trata de mantenerte alejada de ellos.
Otra vez, si esto aun no es posible, al menos lávalos adecuadamente.
No tienes que pelar ninguno de las verduras.
Ingredientes:
- 2 libras de papas
- 1.5 libra de tomates
- 3 @4 tallos de apio (o 1 raíz de apio en vez de los tallos si está disponible en tu país)
- 1 raíz mediana de perejil (opcional)
- 1 puerro grande o mediano
- 2 cebollas medianas
- ajo al gusto
- un poco de perejil
Preparación:
- Lavar todos los ingredientes y cortarlos en cuadros.
- Poner todo en un caldero grande y agregar agua hasta cubrir los vegetales. Si esta en tus posibilidades, hazlo con agua purificada.
- Cocinar, y Cuando empiece a hervir el agua, bajar el fuego y dejar a fuego lento por 1.5 @ 2 horas hasta que todos los ingredientes estén suaves.
- Pasar la sopa por un colador para eliminar la fibra más gruesa.
- Servir y disfrutar.
- Puedes conservar en la nevera por unos días.
Recuerda amarte lo suficiente como para empezar a desintoxicarte.
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